México obtiene medalla de oro en pesas femenil

 

 

En el año 2000 resultó más que convincente la actuación de la mexicana Soraya Jiménez, quien entregó el corazón y alma a lo largo de toda la competencia en Sidney, Australia. La atleta azteca no se conformó con la plata que ya tenía asegurada hasta el penúltimo de sus levantamientos, pues la coreana Ri Song Hui marchaba al frente de la justa y la presea dorada pendía de su pecho.


Después de conseguir los 122.5 en su tercero y último intento, la oriental ya no tenía oportunidad de otro levantamiento. Sabiéndose capaz de superar cualquier obstáculo, lo que ha hecho una cultura de vida, Soraya Jiménez se mostró segura en cada una de sus apariciones ante las pesas.


La intensa preparación realizada en Bulgaria durante los cuatro últimos meses rindieron su fruto en el momento preciso, llevándola a completar seis pesos diferentes en el primer intento, mientras que las oponentes recurrían hasta un segundo y tercer intentos; así fue marchando con paso firme hacia la victoria.


Mostrando una convicción y una concentración inigualables, Soraya soportó el peso sobre sus hombros y a pesar de algunos pequeños titubeos logró corregir la figura para levantar la barra sobre su cabeza en seis ocasiones.


Al paso de los años, Soraya ha aprendido que los obstáculos se superan así, enfrentándolos con coraje y con la certeza de que todo saldrá bien. No había más opciones para Soraya, la decisión entre asegurar la plata o arriesgarlo todo. Y el
riesgo se convirtió en gloria al levantar los 127.5 kilogramos. Soraya había cumplido con México.


El júbilo estalló al mismo tiempo que Jiménez se levantaba al cielo con un brinco que mostraba su alegría al saberse la vencedora y, por qué no, la mejor. “Entregué todo lo que tengo y este triunfo se lo dedico a mi abuelo donde quiera que se encuentre, a él le debo lo que soy y fue mi inspiración a lo largo de todo este tiempo”, comentó emocionada.


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